domingo, 29 de marzo de 2009

inmortal...

Eternidad... permaneceré aquí por toda la eternidad, en vida, en recuerdos... mas ¿qué me sirve esto? puesto que el resto de las personas serán devoradas por el cruel y sanguinario diablo del tiempo; y el polvo... será volado por las olas de viento de los siglos.

Podre ver cómo cambia la humanidad, como se destruye, como renace, como crece... podre caminar por distintos parajes mas no habrá riesgo que me preocupe, pues sangre ni corazón poseo. No tengo miedo porque no puedo tener un final en este mundo... miento, si que temo... temo a la soledad. Aquella sombra que siempre me persigue, devorando todo por lo que paso.

Un dios, una divinidad... vivir continuamente sin muerte se denomina milagro, mas no lo es... es un castigo, es una obra dramática, trágica, llena de muerte y oscuridad. ¡Pobres de nosotros los dioses que no podemos morir! ¡Pobres nosotros los eternos vividores puesto que no podemos sentir! ¡Amar! porque al paso del tiempo... envejecerán y morirán...

Os hablo desde las sombras, os hablo desde la eternidad. Vivir y aun más feliz morir. A mí me han negado tal placer, a mi han castigado a vivir y recorrer las edades del hombre. De principio a fin... desde el primer hombre que nació... y ultimo que muera...

dios me ha castigado... no morir no puedo... mi alma no resurgirá... muchos han pactado con el diablo y le han vendido su alma por toda la eternidad... haciendo que vivan solo por la noche y ayudando a extender la velo oscuro del diablo cazando humanos de noche y saciándose de su sangre... bestias... mas no caeré.. ¡No caeré en tal inmundicia! luchare aunque mi alma inmortal no encuentre la luz... pero así conseguiré que las débiles almas humanas no encuentren la oscuridad...

Este es mi castigo, esta es mi lucha... esta es mi vida.

sábado, 14 de marzo de 2009

belleza...

Anoche, mientras caminaba sin rumbo fijo, alguien paso a mi lado… me fije en ella. Tal vez sería la mujer más bella que yo haya podido ver, soñar… o imaginar.

Con pasos ligeros pero marcados caminaba. Su pelo largo y negro ondulaba al son del viento. Sus ojos, marrones acentuados de un color verdoso brillaban entre las miles de las luces de la ciudad. Su boca, pequeña y sensual convertían en todas las palabras que ella decía en un fino canto. Su nariz, belleza donde las haya, conformaba el más bello retrato dibujado por la naturaleza. Sus manos, pequeñas y finas. Su cuerpo; sus curvas perfectas, alineaban el borde de la belleza celestial con la terrenal. Quien sabría decir si aquello que paso a mi lado era una simple ilusión, un mero sueño… o simple recuerdo.

jueves, 12 de marzo de 2009

¿sera amor aquello que corre por mis venas?

Que mas podría decir de ella… tan suave, tan linda, tan agradable. Sus ojos, tan hermosos y brillantes como dos enormes diamantes. Su cabello, largo, fino, con tacto casi aterciopelado… sus curvas hacían en ella una vertiginosa carretera por la que siempre querría yo caminar. Sus pasos eran lentos y finos, tan elegantes como hermosos. Todo en ella era perfecto, todo en ella era la más alta divinidad para mis ojos. Ella, mi diosa; ella, mi religión; ella… mi amor.

Desde el primer momento que la vi hasta que cuando en mis manos la perdí, mi corazón latía como si de su vida se debatiera. Intentando circular lo más rápido posible aquella sangre enamorada. Que sería si en mis brazos la tuviera… que sería de mi si pudiera tocar aquel rostro tan angélico como los astros del cielo que nos sonríen noche tras noche. Solo me queda de ella verla, verla cada día en el que pueda abrir suficiente los ojos para mirar contra la luz más bella y quedarme ciego de nuevo.

Dígame que es el amor, dígame si es suficiente soñar con ella todas las noches, ver visiones y reflejos suyos por donde vaya. Dígame si es amor aquello que hace mi corazón cuando la veo, sígame si lo es cuando solo quiero hablar con ella, cuando solo quiero mirarla a los ojos y decirle lo mucho que la quiero. Dígame si el amor es muerte… por si es así creo que ya estoy metido en mi propio ataúd.

collige, virgo, rosas

Y ahora que se acerca el fin solo pienso en aquellos momentos que estuvimos juntos, en aquellos momentos en los que podía ver aquellos ojos tan verdosos como el frondoso bosque que me rodea. Recuerdo tu aroma como el olor que produce un campo lleno de rosas, recuerdo tu pelo, rizos dorados que caían como una interminable cascada dorada. Sueño con aquel momento en el que nuestras manos se junten y nuestros corazones se alineen.

¿Pero que tengo y he tenido? Tengo mi soledad aferrada como una espina en mi garganta clavada, la tengo, la siento y la odio. Maldigo aquel día en el que te perdí, en todo aquello que mis palabras dijeron y en lo que sentía mi corazón. Tal vez nunca te tuve, tal vez nunca te tendré… pero al fin te dije lo que sentía, por fin te dije la causa de mi enfermedad, la causa de mi agotamiento… la causa de todos mis males. Te amo. Te amo como el sol a las estrellas, te amo como aquella abeja que buscaba un sutil pétalo en un campo de hermosas y coloreadas flores.

Te amo sin medida, te amo sin mentiras. Lo susurro, lo digo, lo grito.

No sé cómo acabara esta historia, no sé cómo acabara este relato digno de cualquier sueño que despertamos al caer, de hermosas criaturas mitológicas de cabellos de serpiente, de pasiones envenenas por amores dormidos y sobre todo de un amor sin medida capaz de traspasar hasta la ultimas de las fronteras.

y disfruto de este mal... porque quien sufre de amor, padece de locura