sábado, 12 de noviembre de 2011

Laberintos de cristal

Camino por una pradera verde, viendo todos los caminos que puedo escoger a mi alrededor. Caminos difíciles, caminos mas fáciles… todos son distintos de una manera diferente. Puedo escoger cualquiera pero se me hace imposible. Unas paredes invisibles impiden mi movimiento. Avanzo y choco contra una de ellas, giro a la derecha y a menos de diez metros me encuentro con otra, por el tacto descubro que ya no puedo avanzar mas, solo puedo continuar la pared hacia derecha o izquierda… continúo y vuelvo a encontrarme con la invisible pared. Choco una y otra vez, me siento encerrado. Conforme pasan las horas me doy cuenta que estoy en un laberinto. Un laberinto de paredes de cristal.

La yema de los dedos acaricia las paredes invisibles, son suaves y su grosor se me hace indistinguible a la vista. Las golpeo con más fuerza una y otra vez, ni se inmutan. Ni un muro soportaría la furia de mis puños, a ira de mis gritos, sin hacerse, ni siquiera, una pequeña incisión. Mis manos, sin embargo, están amoratadas, nudillos sangrantes, insensibles… caigo al suelo como si aquellas paredes me robaran toda la ilusión de mi cuerpo.

En el suelo, mi cabeza toca la tierra. Mis manos las paredes… intento cavar en la áspera tierra para poder escurrirme tras los muros pero es imposible. Continúan a través de la tierra como si nacieran del mismísimo núcleo terráqueo. Miro al cielo. Intento escalar las escurridísimas paredes pero caigo una y otra vez al suelo. No se me ocurre que mas hacer… solo espero que no haya una tercera pared sobre mi cabeza…

Por más que miro alrededor, no tengo ninguna posibilidad de avanzar al camino que quiero. Siempre una pared se me interpone y tengo que girar y dirigirme en una dirección opuesta… norte… este… sur… oeste… pierdo la orientación… solo puedo guiarme por el sol y las estrellas… pero que con facilidad las maldigo, al igual que las paredes.

Lo único que me arrebata la sonrisa es comparación de mi situación a un cubo de rubick, se cual es el final del juego, pero se me hace imposible hacerlo sin cometer ningún error. Se que caminare por estos pasillos acristalados durante una larga temporada, días, semanas, meses… y puede que incluso años… solo se que camino quiero escoger, pero se, que antes de llegar tendré que haber girado en dirección contraria.




Sergio R.V.

PD: hace tiempo que no escríbia... espero volver para quedarme

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